Todo tiene un final, es cierto, pero el enamorado jamás lo contempla. El enamorado se entrega al vinculo como quien se aferra a la vida por su instinto de supervivencia. Le rinde culto a un sentimiento, a una forma, a una experiencia, como el más acérrimo practicante de alguna religión extremista.Las historias verdaderas están plagadas de momentos, repletas de cosas, sentimientos, risas, miradas, besos que al final de cuentas resultaran en la más salvaje expresión de tortura, sin compasión. E llegado a pensar que el desamor, o el abandono debería ser considerado un crimen de lesa humanidad, ya que ataca, lastima, arremete contra la persona en lo más profundo de su ser, dejándolo prácticamente desarmado en un mundo que no respetara sus tiempos y seguirá girando, sin esperar su acoplamiento al dinamismo natural.
Algunas cosas resultan verdaderamente ambivalentes en esto del amor, es decir, en las etapas en que todo es increíble, son el néctar que da vida al sentimiento, son la inyección necesaria para salir o entrar en una situación deseada, son estas cosas las que asientan una relación y la distingue del resto, es el propio mundo en contraposición al mundo de los demás. Sin duda que una relación requiere compromiso, amor, respeto pero, sacando los pilares obvios y conocidos de las mismas, es decir, los caracteres genéricos, lo que las distingue o mejor dicho, donde se asienta esta distinción sonestas cosas que solo los dos conocerán.
Ahora cuando se termina una relación, estas cosas, increíbles, se vuelven inconexas, se transforman, por lo menos en un principio, en un dolor que no tiene ni explicación ni consuelo. Sabrás un idioma que perdió vigencia, que no puede ser compartido, ni siquiera comprendido y a su vez será un recuerdo de algo que ya no tenes y difícilmente podrás recuperar. Todo lo que era mágico, de forma abrupta, cruel y sanguinaria se transforma en mundano y se perderá con un viento que soplando, va arrastrándolo al olvido; Olvido que no estás preparado para afrontar y al que mucho menos se le puede poner fuerza y energía, pues toda nuestra libido está destinada al sentimiento que aun nos adjunta a la otra persona, constituyéndose entonces en un acto siniestro y doloroso, así como también en algún momento será necesario para la propia supervivencia.
Existen, por ejemplo, esas pequeñas cosas cotidianas (que aunque sean un concepto hecho y utilizado hasta el hartazgo por los pregonadores del amor barato, constituyen una realidad irrefutable ) que solo un conjunto de pares podrá entender. Es una especie de código cifrado que es solo para entendidos. Es como el lenguaje de una realidad paralela que dos corazones se proponen, se da, en forma de miradas, gestos, frases, chistes o sonrisas que solo la otra mitad de la pareja puede distinguir. Nacieron, fueron y serán para la otra persona y para nadie más.
Cobran vida en esta categoría las inmortalizaciones de momentos, también llamadas fotos, ambivalentes como pocas y que, en momentos de felicidad resaltan los momentos increíbles, unen a la pareja recordándole cuan grandiosos fueron los momentos que juntos compartieron, trayendo a la mente las historias que esa foto esconde, para luego transformarse en el congelamiento de la felicidad que ya no tenes, sin siquiera tener que recordarlo o imaginarlo, porque la imagen nos lleva a donde estábamos en tiempos de paz. Pero ya no produciendo felicidad, sino dolor intenso. Y no solo por la foto, sino por los miles de recuerdos que la foto esconde detrás y que con una simple mirada sentimos en la piel.
Las canciones que te hicieron robarle un beso, o que le dieron contexto a la pasión, serán consideradas insalubres, ya que por más que corras, la radio, tus amigos algo te va a llevar a recordar, ni hablar si compartías alguna banda en especial. Es tortuoso recordar el momento.
Se siente como si los sentidos se hubieran conectado y conspiraran contra tu persona, es decir, al escuchar la canción instantáneamente recordas, el momento, las sensaciones, las miradas, los besos que hoy no están al alcance sometiéndote a esa sensación ya descripta de tortura sin escapatoria. Encontramos también los mail, mensajes, cartas y todo tipo de demostración de amor de forma escrita y duradera. Ese mensajito que nunca borraste porque realmente te llego y encanto. O el sin numero de mails diciéndote lo increíble que eran los momentos y lo hermoso que era poder contar con alguien como vos. O las cartas manuscritas que tienen su letra recordándote, como si fuera necesario, que la otra persona aun existe al marcharse. Todas estas cosas representaran la crueldad personificada, serán fantasmas de un amor que te seco el alma y así se convertirán en otra representación de lo que tuviste y no tenes, no estando preparado para aceptarlo aun.
Por ultimo distinguimos los lugares especiales, esos lugares donde tu felicidad alcanzaba la plenitud. Sabes exactamente donde le diste un beso, le regalaste o te regalaron una flor, compartieron una charla profunda, se prometieron amor eterno o lo bautizaron como su lugar en este mundo. Pues ahora se convirtió en el mismísimo infierno, territorio del amo de las tinieblas, Satanás. Sentirás los latigazos del demonio azotándote una y otra vez. Miles de recuerdos en pocos segundos golpean sin compasión tu corazón, dejándolo al borde del abismo, sin encontrar más que historias pasadas. Y aun así sabiendo que es imposible, levantaras tu mirada buscándola/lo para solo encontrar la desolación, el desierto, un erial.
El desamor tiene 3 momentos muy marcados Trágico, Siniestro, Lúdico. Es trágico cuando en un principio sentimos que no podemos vivir sin el otro, que nos falta la misma base existencial que permite que ocupemos un lugar en este mundo. Nos falta el aire, la energía. Nos falta el todo concentrado en un punto exacto. Lloraremos sin poder parar, dormiremos poco y descansaremos menos, todo lo nuestro esta tan ocupado en sufrir que ya pocas cosas nos importaran y las pocas que nos interesan son las que nos anexan al otro. Pero esto será solo el principio largo duradero y penoso, pero principio en fin.
La siguiente etapa marca un cambio. Ya dejamos de sentirnos desdichados, no correspondidos, abandonados, solos, vacíos, para pasar a llenarnos con bronca y ver maldad en todo lo otro. Empezamos a pensar que el mundo conspira contra nuestra felicidad. Que todo es turbio y maligno, que no es algo que tuvo que pasar y ya… Nos volvemos paranoicos y enojados.
En muchos de los casos podemos hasta ser vengativos y buscar herir al otro de mil formas, lo cual no es recomendable. Siempre el mejor camino es ofrecer la otra mejilla y dejar las puertas abiertas, porque uno nunca sabe las vueltas del destino, o los caprichos del corazón.
Finalmente entramos en la última etapa, que es la lúdica, donde por fin la vamos pasar bien. Todo nos causara gracia y podremos, al fin, reírnos de todo este problema, tomarlo con mayor naturalidad y superación. Parándonos en un terreno sobre el nivel del mar de inseguridades y desvalorización del que éramos náufragos. Volvemos a valer en el mundo, el sexo opuesto recobra su natural capacidad de atracción sobre nosotros y hasta descubrimos que EXISTE GENTE INTERESANTE !
Una salvedad muy importante, en las etapas trágico y siniestro lo mejor es directamente ni aparecer y de cruzarla/lo, lo mejor es un saludo superado y seguir su camino, mantenerse en el anonimato y tratando de hacer cosas como ir al gimnasio, aprender algo nuevo. Básicamente ocupar los tiempos y crecer en el plano personal, que bastante abandonado lo teníamos en pos de ser unos excelentes novios/as. El anonimato nos otorga el beneficio de la duda, nos agrega incertidumbre, nos regala un poco al menos de ventaja, en realidad equipara,aunque sea un poco, la ventaja que tenía el otro por sobre nosotros, quitándole las certezas y otorgándole la necesaria posibilidad de imaginar en que nos transformamos o que hicimos todo este tiempo…La idea de todo el proceso es entender que nada es tan grave, que en realidad nuestra felicidad va por nuestra cuenta y que jamas puede ser producto o fruto de un tercero si es muy importante poder compartirla con la persona que amas, pero jamás cargar al otro de algo que es nuestro. Creo yo, una de las lecciones más grandes que me dio el desamor, es el entender que el amor se trata de COMPARTIR. Es decir, cada uno entregarle algo al otro y no de transformar a dos individuos en uno como si fuera una relación simbiótica.
Hay que tener confianza en lo que uno transmitió. En lo que le hizo sentir al otro. En las vivencias. En que todo fue parte de un ida y vuelta y ,de esta forma ,saber que en su alma, por más mal que estén las cosas, algo siempre será eterno y ese es el verdadero trofeo de una relación que termino.
Lo que no te mata te fortalece, dicen, pues habiendo superado este tremendo golpe hemos aprendido a convivir solos, a soportar nuestras falencias y enfrentarnos al abandono. APRENDIMOS, CRECIMOS y nos PREPARAMOS para la próxima obra de Cupido.